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Vivier en pareja

Vivir en pareja suele ser complicado puesto que cada uno de los miembros aporta el sistema de creencias inculcadas dentro del seno familiar, teniendo en cuenta que en cada hogar se ha recibido un nivel educativo parental diferente. Lo importante es saber que dos seres individuales desean compartir una vida en común para formar una pareja.

Una vida en común tiene muchos aspectos prácticos y cotidianos sobre los que hay que llegar a acuerdos. Se debe hablar de cómo se van a organizar los gastos, la distribución de las tareas domésticas, la crianza de los hijos, las vacaciones. Lo mejor es una negociación continua que se adapte a cada etapa de la relación.

La relación es cosa de dos, pero de dos que suman. Por tanto, empieza por uno mismo, se cuida cada uno de forma física y anímicamente, hace su vida rica en situaciones, experiencias nuevas y sensaciones; en esa medida, aporta un nivel de satisfacción personal que enriquece la relación.

La reciprocidad en la pareja es necesaria para que una relación se lleve a buen término y funcione.

La capacidad comunicativa. Relatarnos vivencias y anécdotas que nos van ocurriendo en el día a día. Una forma de realzar la relación es dedicarnos una sonrisa, la complicidad en la mirada, lo que denominamos la comunicación verbal a través del dialogo y lo que se expresa de forma gestual.

La capacidad de retener y observar los buenos momentos en la pareja implica en una relación de pareja que el amor siga existiendo entre ellos. A veces complicamos este aspecto deseando que la pareja acepte incondicionalmente nuestra forma de actuar, es incierto, la realidad es mantener cada miembro de la pareja su manera de pensar e intercambiar criterios. Respetar las diferencias de criterios de la otra persona, tener la capacidad de transigir y sobre todo tolerar los defectos del otro.

Negociar es la forma de conseguir resolver o buscar soluciones intermedias que van en beneficio de los intereses de los dos. Teniendo en cuenta que es más productivo hablar de la conducta de la pareja, o sea, hablar de lo que hace, y no de lo que es. Un aspecto importante en la relación es reducir la coerción. No permitir realizar a todo costa y bajo amenazas y exigencias de la pareja lo que el/ella desea, sino hacerlo por concesión mutua. Las demandas expresadas de forma positiva. Decir lo que cada uno quiere del otro para evitar caer en el poder adivinatorio de la otra persona.

Lo esencial en la pareja es escuchar atentamente al otro, hablar sin acumular malos sentimientos. Expresarlos inmediatamente cuando ocurran, para que no se apilen y produzcan resentimientos.

Se recomienda evitar las generalizaciones en los momentos de crisis para explicar lo que esta sucediendo. Cuando son reiteradas, producen enojo y desgastan las bases de la relación. Palabras como siempre y nunca evitarlas en las conversaciones.

Los psicólogos trabajan para ayudarles, no para buscar culpables o dar y quitar razones, para resolver el problema. Una intervención psicológica a tiempo puede ayudar mucho a superar situaciones adversas. Es recomendable cuando es irresoluble mediante sus medios acudir a una terapia familiar y de pareja: cuando la pareja decide continuar y comprometerse en mejorar su relación.

Dra. Silvia Navarro Ferragud