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La comunicación en la pareja

La convivencia requiere ceder y renunciar, pero sin perder la independencia y la libertad.

La pareja se construye día a día. Existen momentos y etapas en la vida en que se detectan problemas y la relación comunicativa favorece para buscar soluciones conjuntamente. En ocasiones se requiere un esfuerzo por aprender a querer y aceptar a la persona con la que se comparte la vida, pero esta situación es diferente respecto a aguantar y callar por el equilibrio de la relación, resignarse ante el chantaje emocional, la dominación, el abuso o el control. Así, ceder nunca debe confundirse con renunciar a las aspiraciones y deseos personales, con el miedo a decidir o con la falta de iniciativa para ser protagonista de la propia vida.

Se puede decir "no, gracias" sin perderse en largas, violentas e inútiles explicaciones. El secreto está en encontrar el momento y el tono adecuado, mostrarse firmes y amables en la argumentación, y actuar con sentido común y razón.

Las recomendaciones útiles para mejorar la relación de la pareja son las siguientes:

- Resolver las dificultades, sin reproches, no dejando que el rencor se acumule.

- Tener claro cuánto está dispuesto/a a permitir, y cuánto quiere tolerar.

- Vivir a su lado en relación de igual a igual, recordando que el bienestar común requiere también de un esfuerzo.

- Apoyarse cuando se necesiten momentos difíciles, agradables, compartiendo alegrías y penas.

- Aceptarse como se es y respetar la diversidad de opiniones y criterios.

- Plantearse la negociación para conseguir la adaptación mutua.

En la relación de pareja conviene agudizad el ingenio, la paciencia y el sentido del humor y sobre todo poner en marcha los derechos asertivos, teniendo presente que:

1.-Al defendernos y dejarnos conocer por los demás tal como somos, ganamos respeto ante nosotros mismos y ante los demás.

2.- Al intentar vivir nuestras vidas de modo que nunca lastimemos a los demás, por ninguna circunstancia, se acaba por herirnos a nosotros mismos y también a los demás.

3.- Cuando nos defendemos y expresamos sentimientos sinceramente, de manera directa y apropiada, todo el mundo se beneficia a largo plazo. Sin embargo, al rebajarnos o degradarnos, todo el que se halle implicado en el proceso de relación, pierde de un modo u otro.

4.- Sacrificando nuestra integridad y negando nuestros sentimientos personales, las relaciones suelen deteriorarse o, si éstas están iniciándose, no logran desarrollarse. Del mismo modo, las relaciones personales se deterioran cuando intentamos controlar a los demás usando la hostilidad, la intimidación o la culpa.

5.- Las relaciones personales se convierten más auténticas y satisfactorias cuando compartimos nuestras reacciones sinceras con los demás, ocurriendo lo contrario cuando impedimos a los otros que compartan sus reacciones con nosotros.

6.- El impedir que los demás conozcan lo que pensamos o sentimos es tan egoísta como el no tener en cuenta los sentimientos o pensamientos de los otros.

7.- Cuando sacrificamos nuestros derechos con demasiada frecuencia, enseñamos a los demás cómo aprovecharse de nosotros.

8.- Siendo asertivo y comunicando a los demás cómo nos afecta su comportamiento, les ofrecemos la oportunidad de que lo cambien, y mostramos respeto a su derecho de saber cuál es su posición respecto a nosotros.

Lo importante en una relación es aprender a madurar juntos y a evolucionar, con la aceptación recíproca de las virtudes y defectos de ambos.

Dra. Silvia Navarro Ferragud