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La competencia social

Día a día se producen una serie de cambios espectaculares debido a la evolución tecnológica en la sociedad, sin embargo se habla de que no estamos preparados psicológicamente. Estos cambios no siguen una evolución paralela en el bienestar general de la población. Existe una conducta violenta en los jóvenes, consumo de sustancias, mayor actividad sexual con un alto resultado de embarazos no deseados, absentismo escolar, lo que provoca un gran sufrimiento a numerosas familias. En esta ocasión deseo dejar claro que la esencia de la educación es formar seres aptos para gobernarse por sí mismos, y no para ser gobernados por los demás.

Vivir es aprender a ser más felices. Este es el objetivo vital de todos los seres humanos. Con el tiempo aprendemos a comunicarnos de forma distinta, cambiamos los comportamientos, la forma de pensar, de sentir y de creer. Esta capacidad de cambio no tiene límites. La educación emocional en la competencia social nos AYUDA a tener una mejor salud psicológica.

La competencia social es muy importante en la etapa de la vida del adolescente y desarrollo posterior de la etapa adulta. Con el aprendizaje y el entrenamiento de ciertas estrategias, habilidades y técnicas cognitivas, conductuales, de autocontrol emocional y de interacción social se mejora la calidad de vida y es eficaz en el tratamiento de un amplio abanico de trastornos.

Aumentar la competencia social de la persona ayuda a elevar la autoestima, mejorar su autocontrol, tanto en las conductas como en las emociones, acrecentar los pensamientos positivos y por supuesto mejorar sus relaciones interpersonales

Los problemas humanos se solucionan aprendiendo y cambiando aquello que en la relación diaria nos hace ineficaces. Mejorando las Habilidades sociales, personales, la seguridad y opinión propia, la autoestima.

La autoestima es el aprecio a nuestra identidad. La autoestima refleja la imagen externa e interna a través de un conjunto de sentimientos y estados de ánimo. Es la suma de confianza y respeto a uno mismo, desafíos de la vida, comprender y superar los problemas, respetar y defender los intereses y necesidades.

La autoestima puede dividirse en diferentes ámbitos o dimensiones (académica, afectiva, social, ética, laboral, etc). Se construye a partir de la relación con el entorno más próximo. Por tanto la autoestima no es algo fijo que no podemos cambiar, al contrario es la parte que está en continuo cambio y formación. Por eso se puede aprender a ser competente socialmente para ser personas hábiles socialmente, tanto para iniciar como para mantener y resolver situaciones interpersonales. En definitiva que pueda tener éxito como persona.

Dra. Silvia Navarro Ferragud