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Mejorar la autoestima

Muchos de los sufrimientos del ser humano vienen motivados por creencias erróneas sobre conceptos abstractos como la felicidad, convivencia, relación de pareja.

La felicidad, el amor, la vida y la muerte son los cuatro grandes temas del pensamiento humano.

Hoy tratare de dar una visión de la felicidad de forma pragmática. En primer lugar la felicidad la sustituiré por bienestar.

El anhelo general del ser humano es alcanzar un grado adecuado de felicidad , conseguirlo pasa por la aceptación del dolor. En nuestras manos esta el aprender a manejar el dolor para que no anule nuestra IDENTIDAD.

Lo normal es sentir tristeza pero no es apropiado en cambio caer en una profunda depresión por ello. E s normal sentirse disgustado cuando algún amigo se comporta mal con nosotros pero es inaudito caer en un estado de ira.

Expondré una situación donde se distinguen las emociones negativas apropiadas de las inapropiadas.

Es lógico presentar como Emoción racional Inquietud cuando se presenta la situación de buscar un empleo y esperar conseguir el empleo, porque si no se consigue se tendrá que presentar a otra entrevista de trabajo. La Emoción Irracional es la Ansiedad, cuando la persona que se presenta al puesto de trabajo piensa, si no consigo ese empleo será mi fin.

Otra Emoción Racional es la Tristeza en la situación de no haber podido conseguir el trabajo, pero entra dentro de las posibilidades. La Emoción Irracional es la Depresión, esto ocurre cuando se piensa nunca consigo lo que deseo, soy un desastre.

Las personas que de una situación construyen unos pensamientos con conclusiones apresuradas se provocan un nivel de ansiedad innecesario que afecta su vida cotidiana.

La autoestima es el valor o afecto que depositamos sobre nosotros mismos.

La autoestima es la clave de la felicidad porque es el filtro que media entre nosotros y la realidad.

Una autoestima baja desvirtúa todo cuanto se presenta ante nosotros, aumenta los errores y empequeñece los logros.

Las personas con baja autoestima interpretan con suspicacia los cumplidos, halagos y reconocimientos que le pueden hacer, porque no cree ser dignas de merecerlos. Niegan cualquier tipo de refuerzo positivo, aceptan la crítica, el correctivo y la amonestación como resultados lógicos de su poca valía personal.

Las personas con baja autoestima actúan justo del modo contrario. No sólo rechazan los halagos sino que dependen totalmente de ellos para reafirmarse. Se trata de personas que no cuentan con una autoestima autónoma sino que la forjan a partir del juicio de los demás.

Es cierto que todos los seres humanos retroalimentamos nuestra imagen a partir de nuestra interacción con los demás. Sin embargo existe una diferencia sustancial entre las personas que no se respetan a sí mismas y las que sí lo hacen. Las primeras subordinan su autoconcepto a la opinión que tienen los demás de ellos y los segundos no.

Dra. Silvia Navarro Ferragud