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El autoconcepto y la autoestima

El concepto y la autoestima tienen gran influencia en las competencia social 

El autoconcepto es la percepción que una persona tiene de sí misma, la cual se forma a partir de las experiencias vividas y de la información directa que se recibe de las personas más allegadas del entorno, influyendo sobre manera en la forma de comportarse. El autoconcepto es lo que uno piensa de mi y la realidad es lo que realmente se es, en algunas ocasiones coincide completamente porque las personas, bien se sobrevaloran o por el contrario se infravaloran. Esta valoración determina la autoestima.

La autoestima es el valora que se concede a la imagen que se tiene de si mismo, su identidad. Ella refleja la imagen externa e interna a través de un conjunto de sentimientos y estados de ánimo. Es la suma de confianza y respeto a uno mismo, y ayuda a enfrentarse mejor a los desafíos de la vida, comprender y superar los problemas, respetar y defender los propios intereses.

Aumentar la competencia social de la persona ayuda a elevar la autoestima, mejorar su autocontrol, tanto en las conductas como en las emociones, acrecentar los pensamientos positivos y por supuesto, mejorar sus relaciones interpersonales

Los problemas humanos se solucionan aprendiendo y cambiando aquello que en la relación diaria los hace ineficaces, y mejorando las habilidades sociales, personales, la seguridad y opinión propia, en definitiva la autoestima.

La autoestima tiene diferentes ámbitos o dimensiones (académico, afectivo, social, ético, laboral, etc), pudiéndose desarrollar en función de las influencias del entorno. Por tanto la autoestima no es algo fijo que no podemos cambiar, al contrario está en continuo cambi. Por eso se puede aprender a ser competente socialmente para ser personas hábiles socialmente, tanto para inicia,r como para mantener y resolver situaciones interpersonales. En definitiva, se puede aprender a tener éxito como persona.

Disfrutar de las relaciones tanto personales como interpersonales es un objetivo vital de los seres humanos. Con el tiempo se aprende a comunicarnos de forma distinta, cambiamos los comportamientos, la forma de pensar, de sentir y de creer. Esta capacidad de cambio no tiene límites.

La competencia social es muy importante en la etapa de la vida del adolescente y desarrollo posterior de la etapa adulta. Con el aprendizaje y el entrenamiento de ciertas estrategias, habilidades y técnicas cognitivas, conductuales, de autocontrol emocional y de interacción social se mejora la calidad de vida y es eficaz en el tratamiento de un amplio abanico de trastornos.

Adquirir confianza en las relaciones sociales aumenta la seguridad personal e incrementa la habilidad para negociar con las personas del entorno.

Dra. Silvia Navarro Feragud